domingo

Carta de un hijo su madre perpleja




¿Cómo comenzar? No sé, porque para hacerlo hace falta una cronología exacta y no la hay. Sólo puedo decirte que el dolor es insoportable.

No creas que cuando se toma la decisión tu tienes la culpa ¡Eso jamás! Sólo los que desde siempre fuimos diferentes lo entendemos.

¿Cómo nos dañamos? No lo sé. Ni siquiera sé si es un daño o no. Podría decirte, basándome en mi aprehensión del mundo, que puede ser una enfermedad mental o emocional, un estado de ánimo, una disposición, un momento fatal, una decisión oportuna aunque devastadora. Tal vez exista un detonante, o, tal vez, simplemente, ya veníamos defectuosos. Aún no sé si es un defecto o demasiada conciencia lo cual debería ser una virtud.

Sólo puedo decirte que nunca quise lastimarte. Ni siquiera pensaba en ti, sólo en mi. En calmar el infinito dolor, en buscar un alivio certero para tanta angustia. Sé que fue muy egoísta, sin embargo, como ya te dije, sólo los que lo sentimos lo entendemos ¿Cómo explicártelo?

Sé que no es un alivio decirte esto, pero quiero que lo entiendas. Creo que mereces una explicación. No puedo darte una menos dolorosa porque no sería cierto ¿Cómo más podría darte mis razones sin herirte? No lo sé, por eso te lo digo así, tal como es. Espero que puedas entenderlo y perdonármelo algún día. Si te sirve de algo, para mí fue una salida y tal vez ahora haya alcanzado la paz que tanto anhelaba, pero también, sólo ahora, alcanzo a comprender el enorme dolor que sin querer te causé.
Crizón

No hay comentarios:

Publicar un comentario